Olvidamos las fotos que hacemos,...

…y siempre recordaremos aquellas que no hicimos.

No hay peor sensación que presenciar algo increíble y no poder hacer una foto de ello.

Siempre hay que tener una cámara a mano, no importa si es tu teléfono o una DSLR, los importante es poder reaccionar ante la situación con un disparo. No importa si tu composición o exposición están fuera de lo académicamente correcto, si hay una buena historia los valores estéticos pueden pasar a un segundo plano. Tomemos como ejemplo el fotoperiodismo, particularmente en zonas de guerra hay muy poco tiempo para obtener imágenes perfectamente compuestas, pero tendremos imágenes potentes, cargadas de adrenalina y conflicto.

Tener una cámara cerca es la diferencia entre vivir recordando esos momentos que no volverán y compartir eventos únicos.

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